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Lo que empezó hace diez años como una reunión de colegas con ganas de coger la moto los domingos y hacerse unas curvas para rematar con un buen almuerzo, ha acabado derivando en una matinal de lo más concurrida. Y es que aveces el boca oreja es mucho más efectivo que los flyers, la publicidad en revistas o el "pásalo". Y esto, en definitiva, es lo que ha pasado con "Els Revolts".
Una matinal a lo "Elefantreffen"; se celebra con viento, lluvia y nieve y con cuantas adversidades se pongan de por medio; "Els Revolts" no se suspende haga frío o calor, o como dicen ellos "Ni con lluvia o viento se anula el evento", así con rima y dos cojones.
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Y para muestra de que el evento no se suspende sólo hace falta remitirse a la matinal del año pasado, en que una tromba de agua no hizo decaer la participación; las motos circulaban en orden hacia el lugar de encuentro donde les esperaba un buen almuerzo. Algunos llegaron con más agua que gasolina en el depósito, con el cuerpo remojado pero con el alma impoluta, y con la satisfacción de participar en algo "diferente",
cosa que mucha gente no puede decir.
El recorrido de este año tuvo su lugar de encuentro delante de El Corte Inglés de Sabadell a las 9 de la mañana con destino a l'Estany. Todo ello rodando por las poblaciones de Castellar del vallés, Caldes de Montbui, Sant Feliu de Codina, Castellterçol, Moià y l'Estany. Y de vuelta por Moià,
Calders, Monistrol de Calders, San Llorenç Savall y de nuevo Castellar del Vallès, donde fueron recibidos con un gran aperitivo y barra libre de cerveza, que parece que esto de dar vueltas con la moto da mucha sed. La ruta, para los que desconozcan los entresijos de la zona es una ruta de montaña, con curvas bastante cerradas y que obligan a llevar una velocidad más que prudente según el tipo de moto que se conduzca (abstenerse choperones).
Los aproximadamente 140 kilómetros de recorrido fueron tranquilos, con conductores más osados que otros, y llegaron a buen puerto, en el "Espai Tolrà" de Castellar del Vallès, donde después del abundante pica-pica y la entrega de premios de rigor la gente fue desapareciendo poco a poco. Bastante tarde, eso sí, pero pensando ya en las curvas del año que viene.
Diez años de celebraciones para una matinal que nació de una iniciativa singular no son nada, haciéndolo pasar así de bien, garantizamos que durante los años venideros se va a seguir apuntando más y más gente.
Allí nos vemos!
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