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- MENDOZA, RUTA 40 y CHILE EN HARLEY DAVIDSON -
Mendoza, la Ruta 40 y Chile en Harley Davidson
- Mendoza (Argentina), la Ruta 40 y Chile en Harley Davidson Sportster 1200 -
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Miércoles 15 de febrero

No tenía muchas ganas de volver a hacer ripio, pero Gabriela sólo conocía una parte del camino de los siete lagos y en combi, así que me armé nuevamente de paciencia y arrancamos para Villa La Angostura. El camino esta verdaderamente malo para andar en moto, no para las 4x4 que pasan a los pedos y te ciegan en una nube de tierra, tenés que tratar de seguir la huella para evitar el canto rodado suelto, pero el camino se pone angosto y continuamente pasan colectivos.
LLegamos muy llenos de tierra al mediodía a la Villa y nos dirigimos a la oficina de turismo a preguntar por alojamiento. Lo primero que vimos eran 300 U$S la noche, lo más barato no bajaba de $200.

Así que plan B, llamemos a Santi (acá me pongo de pié) a ver si tiene algún dato piola.
En síntesis, la hostería del lago espejo debería ser muy linda pero estaba sobre los siete lagos y a 11km de distancia de la Villa, así que solté las riendas de la cabra y sola se fué derechito para lo de Santi (me pongo de pié nuevamente), que nos recibió de mil maravillas, agarró una de sus motos, que aún tenía restos de franela de un anterior cliente, y nos acompañó a un par de lugares donde no había disponibilidad. Sacamos un clavo de 7cm de nuestra rueda trasera prolijamente enhebrado, nos despedimos de Santi (me pongo de pié otra ves) y continuamos con el plan C; fuimos hasta la hostería del lago espejo.





Lunes 13 de febrero

Eran las 15hs, dejamos nuestras cosas llenas de tierra en la hostería y así como estábamos nos fuimos para Chile.
Esta es la parte que más me gustó, el camino está muy bueno, aunque cada 50 metros hay un cartel de resbaladizo con lluvia, brillaba de liso que estaba. A medida que subíamos aparecían los mejores paisajes y las curvas se desenroscaban entre la nubes.

El trámite de aduana no es complicado, y la zona entre aduanas, unos 30km, es espectacular y especialmente del lado chileno la ruta es fantástica. Una ves que pasamos la aduana chilena la ruta desmejoró un poco pero era perfectamente transitable, llegamos hasta las termas de Puyehue, sacamos unas fotos y empezamos a volver.

Ya del lado argentino y llegando a la aduana se largó a llover, así que no metimos bajo techo, hicimos los trámites y esperamos a que pare un poco. Como ya estaba cayendo el sol y la lluvia no amainaba nos pusimos los trajes de agua y con las cubiertas bastante lisas sobre el pavimento liso y mojado, y lleno de advertencias sobre los peligros de la lluvia, encaramos los 20 km que había hasta el hotel a unos honorables 40km/hora. Ya llegando al hotel, y siempre bajo la lluvia yo dije: ni loco me meto en el camino de barro, justo donde está la bajada donde tiraron ripio suelto esta mañana, para después internarme por otro caminito de barro en el medio del bosque hasta el hotel; en síntesis arrugué; busquemos un lugar en la Villa para dejar la moto y tomemos un taxi hasta la hostería; mañana agarramos lo bultos y en otro taxi vamos a buscar a Heidi.

Desde una estación de servicio, a las 9 de la noche, volvimos a llamar a Santi para preguntar donde podíamos dejar la moto. Aunque verdaderamente no era nuestra intención nos ofreció dejarla en su casa y llevarnos al hotel, así que sacó sus autos, corrió sus motos, acomodamos la cabra en la galería bajo techo y salimos para el hotel.
Durante todo el trayecto Santi trataba de convencerme de que era arena volcánica, que el agua la asentaba y que podía entrar con la moto, así fué que cuando llegamos y comprobamos el estado del camino me convencí que tenía razón y me dijo, "Yo me tengo que volver igual a mi casa a dormir, porque no venís conmigo a buscar la moto así mañana ya la tenés para salir?", que calidad, que sutileza, que elegante manera de dejarme convencido que soy un pelotudo, qué grande Santi.

Eran las 11 de la noche, todo estaba muuuy oscuro y nublado, la ruta estaba completamente mojada por la lluvia anterior, se empezó a levantar niebla, descubrí que se quemó la luz baja y debía apagar la alta cuando venían vehículos de frente, era camino de cornisa, las cubiertas estaba ya lisas, y empezó a llover de nuevo........., vamos que venimos, seguí adelante, llovía, me metí en la tierra, llovía, me metí en el bosque, llovía más, emboqué la moto en el hall del hotel y nos fuimos a dormir.
Cuando ya habíamos perdido toda la esperanza, y un par de tornillos marca HD, apareció un asfalto nuevecito, negro-negro, con olor a asfalto recién salido del horno y donde la moto iba dejando una solitaria línea blanca como para estrenarlo. Sin hacernos demasiadas ilusiones pudimos recorrer cómodamente los últimos 25 km hasta Barrancas, donde llegamos alrededor de las 14:30, habíamos recorrido alrededor de 200km desde las 9 de la mañana.

Después de un litro de yogurth light bien motoquero sentados en la isla de los surtidores, seguimos hasta Chos Malal, donde nos ubicamos en una linda hostería (Anlú, Lavalle 60), una buena ducha, mejor siesta, por la tarde recorrimos el fuerte, y a la noche unas hamburguesas memorables con cerveza Andes.

Martes 14 de febrero de 2006

Partimos hacia Las Lajas y nos desviamos hacia el paso de Pino Hachado. Saliendo de la ruta 40 el paisaje de colinas cambia y empiezan a aparecer las montañas y las primeras araucarias (Pehuenes), y se ven los rebaños de ovejas pastando en las laderas verticales y las formaciones de basalto que forman figuras extrañas.

Jueves 16 de febrero

Mi despertador colorado empezó a hacer quilombo como de costumbre a las 7 de la mañana reclamando su ración de café con leche, como todavía no era la hora del desayuno recorrimos un poco el parque del hotel, junto al lago, mientras el sol empezaba a iluminar las montañas, estaba todo húmedo pero el cielo estaba bastante despejado. Desayunamos, cargamos nuestro equipaje, nos despedimos de Agustín (gracias Agustín) y fuimos a cargar nafta. Mientras nos acercábamos a la Villa empezó una tenue "garúa", y en la estación de servicio aproveché para llamar a la Puppy (mi madre) para avisarle que llegaríamos a Villa Regina a media tarde. En cuanto corté se largó de nuevo la lluvia, así que de nuevo todo el trámite de ponerse los trajes de lluvia, las galochas, cubrir el bolso, etc., pero por suerte nos agarró bajo techo. Exactamente 4,4 Km más adelante salió el sol y se despejó completamente el cielo!.

Viernes 17 de febrero

Pasamos el día descansando. Lavamos la moto, repusimos tuercas perdidas, cambiamos los focos quemados por la vibración y revisamos aceite. Por la tarde hacía 38º de temperatura y fuimos a la chacra de mi hermana a cosechar duraznos y manzanas de la planta, al rato nos cayó encima un temporal de agua y viento que partía las ramas de los árboles y tiró un par de postes de luz, en algunos lugares cayó granizo, pero por suerte nos guarecimos dentro de un galpón. Duró lo que dura una tormenta de verano y volvimos al pueblo con el arco iris.

Sábado 18 de febrero

Salimos temprano, desandando el camino, hacia General Roca donde la ruta a Casa de Piedra cruza a la ruta 22. Este es un camino que muchos no conocen y otros confunden con la llamada ruta del desierto, con la cual comparte un tramo. La ruta del desierto une Puelches con Cnia. 25 de Mayo y Catriel; y ésta ruta que menciono es la provincial 6 que permite unir Puelches con Gral Roca, y pasa sobre el dique Casa de Piedra. Para que tengan en cuenta los que viajan a la zona de Neuquén pasando por Santa Rosa, es la mejor alternativa a la nacional 152, que desde el río Colorado(Duval/La Japonesa) hasta Chelforó está destruída desde hace 30 años.

El asfalto de la ruta es excelente aunque en mapas antiguos aparece como de tierra, lo único que hay que tener en cuenta es que son 210 Km sin abastecimiento de nafta hasta Puelches (o a la inversa).
La primera parada la hicimos en Puelches en donde, desde la última ves que pasamos hace año y medio, nos encontramos con "La" estación de servicio completamente remodelada y con aire acondicionado, antes era una tapera. En los tramos siguientes (Gral Acha, Sta. Rosa) el calor era insoportable, llegando a los 44 grados centígrados, el aceite de la moto perdió viscocidad (te suena Petru?) y empezó a hacer sentir sus ruidos y golpeteos de varillas, pero después de dejarla descansar y bajar temperatura seguimos adelante sin inconvenientes.

Un par de paradas más en Trenque Lauquen y Pehuajó y a las 23hs estábamos en Luján, donde nos detuvimos a cenar para no llegar a casa y ponernos a preparar algo, y pasando la medianoche estábamos en casita. 1200km en un sólo día, muy cansados, con dos picaduras de abeja en un brazo, con las cubiertas completamente lisas, muy contentos, y con muchas ganas de salir de nuevo a la ruta.

Freddie y Gabriela
Harley-Davidson Sportster 1200
www.motoviajero.com.ar


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