-OPACIDAD EMOCIONAL-
Los sentimientos de rencor los guardé en un cajoncito de la mesita de noche el día en que decidí que la melancólica razón de mi abandono me estaba matando por dentro. La carcoma espiritual corrompe hasta el alma más pura. La desidia por vivir el día a día se hace latente hasta en el aspecto exterior de una persona, apatía, desazón...
La guardé en su día, sin olvidarla, pero consciente de que debía hacerlo para sobrevivir al mañana, al amanecer. Pero la vida es un constante recuerdo, aromas, situaciones, sombras que pasean sin rumbo por la calle, dejà-vu... Poquito a poco, al levantarme, vacío por dentro, abría el cajoncito de mi mesita de noche y recogía sin vacilar un
pedacito de rencor para guardarlo en el bolsillo, de nuevo.
Esta mañanita lo acabé todo, ya no queda nada en el cajón, mientras circulaba por el arcén de la carretera, camino del trabajo, me di cuenta que otra vez, volvía a estar totalmente vacío, sin razón, sin corazón, vacío y controlado por el odio, la desidia y el abandono personal.
Camino del zócalo de mi ciudad, recordaba constantemente el aroma, la situación e incluso las caras con las que el rencor había crecido, habíase criado...
En fin, la vida no es sino un constante recuerdo melancólico de lo pasado; y quizás los recuerdos puedan llegar a matar en algunos casos las ganas por vivir. Yo seguiré luchando acá, desde mi pequeño mundo cubierto de contaminación, hasta que ese abandono se apodere de mi razón y cometa un asesinato para liberar a mi espíritu...
Y es que la vida en el DF es demasiado dura...