En los años precedentes nos fuimos acostumbrando a las mega concentraciones con el sello Harley Davidson: el 100 Aniversario de la marca, el fraude del Barcelona Harley Days donde el negocio fue de cuatro, y otras tantas concentraciones donde los jubilados y demás aficionados a la billetera tenían su espacio para mostrar su poderío económico.
Aunque un poco lejos de todo esto, el Harley Butts de Lloret de Mar quizás nació con la esperanza de desmarcarse, pero el topicazo del cartel "Moto / tía" nos auguraba que no iba a ser diferente de otros eventos que se mueven por este país y su más que idiota lema: tías, cerveza y motos (drugs, sex and rock'n roll ó herpes, talco y tecnopop).
De todas formas se esperaban más de 2000 motos durante el fin de semana, y prueba de que la organización estaba perfectamente concienciada el jueves los tenderetes acababan de montar y prepararlo todo para recibir a los miles de visitantes.
Hay que decir a su favor, que todo el equipo de Harley Butts organizó a la perfección todo el evento, un duro esfuerzo que muchos otros eventos ni se plantean,
contactos con grandes transformadores custom extranjeros, stands, conciertos de primer nivel como los Lilith (teloneros de AC/DC), así como la presencia de caras conocidas dentro del mundo custom internacional y nacional que no quisieron perderse un evento que pese a ser primerizo, pretende hacerse un hueco dentro del calendario de concentraciones Harley Davidson a nivel europeo, ¡casi nada!
La gran cantidad de regalos y trofeos que se entregaron fue algo inaudito, digno de una celebración que, como mínimo no decepcionó a nadie, al contrario. Bastante alejado de eventos que con mucho más dinero y sponsors se les ve de lejos el latón de la plata que brilla en sus bolsillos. En este caso, el Harley Butts no fue un éxito, fue un exitazo, tanto a nivel de participantes como de sponsors, stands, transformadores, motos, etc.
Como a todos los eventos que empiezan también algunos defectillos eran mejorables, como todo, pero la organización no escatimó esfuerzos en solucionar hasta el más mínimo detalle que pudiera agraviar a alguien, cosa que, repito, pasa en muy muy pocas concentraciones, eventos donde todo son malos modos, empujones, chulería, prepotencia y malas caras.
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