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Evidentemente no siempre se ve limitado a sangre y violencia gratuita, el gore también se utilizó y se ha utilizado (y George A. Romero es el máximo exponente) como esponente de expresión artística,
de crítica social, de elemento terrorífico, o incluso como elemento principal de las comedias más disparatadas.
Hay quien situa los orígenes del Gore en los ambientes parisinos del Teatro del Gran Guiñol (en 1989), que enseguida destacó por su aspecto truculento y macabro, mostrando la violencia de los pasajes escénicos muy gráficamente:
amputaciones, asesinatos brutales, decapitaciones, torturas...
Saltándonos todo ese periplo artístico que terminó con las primeras producciones a color de la Hammer (la maldición de Frankestein) y gracias a personajes como Herschell Gordon Lewis, empezaremos a narrar los orígenes del
cine Gore a partir de cuando dio el definitivo salto a la gran pantalla, allá por los años 40. Por aquel entonces las grandes productoras de cine americano tenían a través de la "Studio system" el monopolio de todo lo que era producción,
distribución y exhibición de largos cinematográficos. Ante esto, las productoras independientes no tenían nada que hacer. En el año 1949 la Corte Suprema dicta que esto es monopolio y les fuerza a abandonar estas prácticas. A partir de entonces
se ven forzados a competir entre ellas para llenar las salas con sus pelícuas (de gran producción) abandonando así a las películas de serie B, y esto es lo que aprovechan las productoras independientes, formando así su propio mercado. Asimismo
en 1952 la Corte Suprema ratifica la libre expresión en las películas. Eso causa un boom entre la industria cinematográfica que se lanza a la producción de los "nudies" (películas donde pueden verse a mujeres desnudas). Cuando el mercado
se satura hay que buscar nuevos objetivos.
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Y es en la sangre donde la pareja David F. Friedman y Herschell Gordon Lewis encuentran el filón en 1963 con la película "Bloodfeast" marcando el inicio de todo un género. A este gran éxito le siguieron 2000 Maníacos (1964) o Color Me Blood Red (1965). Y
como le pasó al género antes descrito "los nudies", muchos directores se subieron al carro (Andy Milligan o Ted V. Mikels). Y evidentemente el género se saturó dando paso a otros directores más críticos, utilizando el gore como medio para conseguir objetivos
definidos y no como mero fin, la sangre por el morbo. Nació la genuina generación de los directores Gore. |
Blood Feast (1963) |
Y aquí entran en acción directores de la fama de George A. Romero: la noche de los muertos vivientes (1968), John Waters: Multiple Maniacs (1970) o Tobe Hooper: La Matanza de Texas (1974)
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La noche de los muertos
vivientes (1968) |
Multiple Maniacs
(1970) |
La matanza de Texas
(1974) |
Estas tres películas, sobretodo la primera y la última dieron un giro radical al género del gore, y su éxito hizo que las grandes productoras empezaran a fijarse con más atención. Además supone también un cambio de
mentalidad ya que en ninguna de estas dos obras maestras se hace un uso explícito de la sangre de manera radical, con lo cual las películas se suavizan un poco.
En la década de los 70 se forjaron verdaderas obras maestras y se inciaron también los mejores directores: Wes Craven con La Última Casa a la Izquierda (1972); David Cronenberg con Vinieron de Dentro de... (1974);
Dario Argento Suspiria (1976). A principios de los 80 y finales de los 70 nacieron películas como El Exorcista o La Profecía que eran más dedicadas al cine de Terror, pero no fue hasta el estreno de
Zombie (1978) o Viernes 13 (1980) que las productoras finalmente aceptaron este tipo de películas como parte del negocio.
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